Como un año sin primavera,
un cielo sin ángeles,
un niño sin sonrisa.
Noto tu ausencia y te echo de menos,
como un tren sin pasajeros, sin rumbo,
como una lluvia sin amantes, sin
brillo,
como una escuela en silencio, sin
niños,
como un pozo sin luna y sin estrellas,
como una noche vacía sin grillos
y sin los sonidos del viento.
Noto tu ausencia y te echo de menos.
Por más que pasen los días
y las noches traigan sus madrugadas,
noto tu ausencia y te echo de menos.
Y es tan hondo el vacío,
que faltarían planetas para llenarlo.
Hay ausencias que nos acompañarán hasta nuestro último día.
ResponderEliminarEl poema lo refleja muy bien.
Besos.
Así es, amigo...
EliminarBesitos
Me llené de soledad leyendo este poema. Inmenso es el vacío que proyecta. Nada llena determinadas ausencias. Menos mal que sí podemos seguir encontrando alegrías que las hagan más llevaderas.
ResponderEliminarBesitos, a montones
Porque la vida merece la pena, damos sentido a la nuestra, y porque siempre hay PERSONAS que nos llenan de calor y abrazan nuestras AUSENCIAS, ESAS que nos acompañarán hasta el fin de nuestros días.
Eliminar¡Recibo tus montones de besitos y te mando "cienes", no, miles!
Duelen las ausencias!
ResponderEliminarTu poema le da todo el sentido.
Muchos besitos, guapa.
¡Cómo duele, amiga!
EliminarSe nos va con los ausentes las vivencias compartidas, y lloramos por ambos, por los que se fueron y por nosotros.
Muchos besitos.