Tu silencio me hiere,
me hace daño no saber
en qué momento de tu pensamiento
me hallo,
qué lugar ocupo
en la escala de tu deseo,
cuánto de mí amanece en ti
cada mañana.
Y tú callas
como una estatua,
como un papel en blanco
que espera una palabra.
Y no me hablan tus manos,
no me habla tu mirada.
Tu silencio me hiere,
me destierra el alma,
ya te lo he dicho
pero tú callas,
como esperando el principio y el fin
de un amor imposible
en una noche soñada.
OJOS Y CORAZÓN
Hace 20 horas
Qué desasosiego la incertidumbre cuando tu boca calla y tus ojos eluden dar respuestas...
ResponderEliminarQué bello poema pariste de ese desasosiego, Mercedes.
Un beso
Hermoso el poema de una mujer celosa y posesiva (me he identificado) Megustó. Besos.
ResponderEliminarPerdona mi ausencia,.. Ya me pondré al día con tu espacio..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos...
Siempre es un placer tenerte, Adolfo.
ResponderEliminarNo disculpe tu ausencia, me basta con saber que me recuerdas.
Un beso
Plasmas fuertemente el sentimiento y dolor en estos versos. Nacen desde tu corazón.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Saludos.
Gracias, Salvador. Un placer tu visita. Bienvenido al blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que lindo post, me gusto mucho.
ResponderEliminarLindo blog, te sigo.
Besos...
Verdadero!!! y doloroso...me ha gustado. Saludos. Raquel Naval Rodriguez.
ResponderEliminar@Anónimo
ResponderEliminarGracias, Raquel, un placer conocerte :)