Me faltas por las calles.
Los bolsillos llenos de miedo
temblaban en los labios de la noche,
y Málaga era más grande,
y sobraban edificios,
y balcones llenos de suspiros,
y fuentes y agua y mar...
Me faltas por las calles, ¿sabes?
Y las farolas se escondían
deslumbradas por la ausencia
hecha añicos.
Y la dama de noche,
de luto riguroso
en el blancor del perfume,
se asomaba y brincaba
en los ojos del sol.
En la mañana,
los vendedores de ilusión,
con sus globos de colores,
iban de plaza en plaza,
y no encontraban sus huellas,
porque se fueron contigo
por los rincones del alma.
He perdido el tiempo
en un reloj oxidado
untado de brea y sal,
perdido en una playa
sin gente y sin brisa.
Las agujas traspasaron los corazones
heridos sin Cupido.
Y la tierra bebió tu nombre.
Me faltas, ya lo sabes,
por las calles,
donde las voces y las risas se confunden
con el silencio de las amapolas inertes,
donde el aire silba una ranchera sin vida
entre las nubes solitarias y dolidas de humedad.
Me faltas...
¡Cuánto me faltas por las calles!
En estos tiempos nos faltan tantas cosas!
ResponderEliminarLinda poesía, Merche.
Besitos.
En estos tiempos nos faltan cosas, pero sobre todo personas. Ellas son las que llenan nuestras ausencias que horadan y vacían nuestro corazón.
Eliminar¡Gracias, tesoro!
Mil besos