Cuando
acabe esta pandemia,
¿quién
recogerá nuestros pedazos
y
reparará nuestras grietas con oro,
para
que luzcan bellas en un mundo roto y mutilado?
¿quién
celebrará la fiesta de la vida lastimada,
que
pende y depende de un cordón dorado?
Brotarán
los artesanos
y
luciremos nuestras cicatrices sin pudor,
como
heridas de guerra que se exhiben tras la batalla
y
demuestran el grado de heroicidad,
quizás
el kintsugi nos salve y nos rehaga.
Habrá
una nueva esperanza que construiremos con nuestras manos
en
un mundo imperfecto, dolido y sanado,
que
hoy llora la estupidez humana que jugaba a ser Dios
y
se creía invencible.
Cuando acabe dejará una estela en algunos corazones, en otros será olvidada ¡la vida es así!
ResponderEliminarPrecioso poema.
Besis.
Quiero pensar que serán muchos más los corazones donde esta pandemia dejará huella, para bien. La vida es ingrata, pero aún creo en el ser humano.
EliminarMuchos besitos!
Me temo que la estupidez humana seguirá luciendo espléndida.
ResponderEliminarBesos.
Cometemos siempre los mismos errores. Pero aún así, quedará en nuestro recuerdo y algo habremos aprendido.
EliminarBesitos
No estoy yo tan seguro de que esta cura de humildad vaya a servirnos de escarmiento. Más bien creo que seguiremos siendo igual de prepotentes y estúpidos que siempre.
ResponderEliminarBesos.
Bueno! siempre he sido una persona muy positiva, aunque a veces peco de ilusa, lo sé.
EliminarBesitos
Ya no me quedan palabras. Voy ahora a mirar tu perfil... supongo que eres escritora reconocida.. porque si no...
ResponderEliminar:))
Uy, qué va!! Escritora reconocida en mi casa. Tú que me lees con mucho cariño...!!
EliminarUn beso, guapa.