Breves momentos de inspiración y alguna noche de insomnio

domingo, 22 de marzo de 2020

Ha llegado la primavera

 Ha llegado la primavera, ¿sabes?
Pero las calles están vacías,
aguardan los pasos y las risas.
aguardan los abrazos y la fiesta.
La calle, ausente, nos mira desde la lejanía
y dibuja un horizonte de esperanza
o de incertidumbre.

Desde la ventana se ven los árboles y las flores
que quizás echan de menos manos de jardineros
 en una ciudad enferma.
vuelan pájaros y se entrelazan sus trinos
con notas musicales de virtuosas manos.
Pero las calles están vacías un domingo de primavera.
La ciudad se está sanando con aire limpio
y un cielo bondadoso que moja y acaricia los tejados y azoteas,
como una madre que besa la frente de su niño recién peinado
y listo para la escuela.
Pero ahora no hay escuelas, es domingo,
y hay cuarentena.

Ha llegado la primavera ¿sabes?
y faltan los niños que, asomados a los balcones, pintan arcoiris,
algunos guiados por la mano firme de un padre amoroso,
y aplauden y cantan y gritan a las ocho,
es la cita ineludible de las ciudades que saben que ya falta menos
para abrir las puertas y entregar nuestros corazones a la vida.

Ha llegado la primavera, ¿sabes, madre?
Pero este año no notes mi ausencia
sigue soñando fuera del reloj, al otro lado del espejo,
donde se confunden y mezclan historias y seres,
allí, madre, no hay cuarentena, sólo encierro,
yo te mando todo mi amor desde mi ventana,
con la esperanza que dentro de ti veas florecer
una sonrisa inmensa de domingo por la mañana.

4 comentarios:


  1. La vida sigue su curso, Merche, más allá de lo que hagamos. No somos imprescindibles para ella, al contrario. Por eso la primavera estalla ahí, el otoño languidece aquí... al margen de lo que hagamos o dejemos de hacer. Somos así de insignificantes y deberíamos ser conscientes.

    La última estrofa me conmovió profundamente.

    Besitos

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  2. La vida sigue, aunque muchas veces nos resulte insultante y obscena, con nuestro sufrimiento o con nuestra existencia. Qué lejano se ve todo cuando no participamos en ello.

    Un beso en la lejanía hacia tu otoño desde mi primavera.
    Cuídate mucho, amiga!

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  3. Ay dios mío, la última estrofa es bellísima

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