Breves momentos de inspiración y alguna noche de insomnio

miércoles, 25 de marzo de 2020

Déjame ser

 Déjame ser tu almohada donde descanse tu pelo blanco de luna,
te bajaré nubes tiernas de algodón que suavicen tu pesar.

Déjame ser tus manos que limpien las telarañas de tu frente,
te traeré lluvia tenue como gotitas de rocío con que dar luz y brillo a tus recuerdos.

Déjame ser tus oídos que oigan nuestras palabras de aliento
y te rescaten de la oscuridad de tu negro presidio, de tu cadena perpetua.

Déjame ser tus ojos que, como un rayo de luz, te devuelvan la ilusión 
e iluminen tu interior de niña pequeña, de niña pequeña.

Déjame ser tu boca, tu piel, tu corazón, que sienta nuestras caricias
y tejan un nido donde cobijar los pájaros que se escapan buscando otro cielo.

Déjame abrigarte el corazón con el nuestro, en un hilo,
en la frontera de los sentimientos que desbordan ríos de cariño.

Déjame decirte y hacerte todo lo que no te dije, todo lo que no hice,
cuando tu vida era una entrega incondicional de generosa guerrera,
donde la sangre era el vínculo más fuerte al que tú te entregaste,
para que no le faltase nada a los tuyos, que eran los míos, que son los nuestros.

Déjame soñar contigo, madre, en esta noche tan larga,
para recuperar lo perdido, para aliviar lo llorado.
Para que un rayo de luz ilumine tu sonrisa, que es la mía, que es la nuestra.

6 comentarios:


  1. Déjame que te abrace, Merche, como lo hicieron conmigo tus versos.

    Imagino la gran madre que has tenido viendo la gran mujer que eres tú.

    Besitos

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  2. Muchas gracias, amiga!
    Te mando un abrazo correspondido, en este cruel confinamiento.

    Biquiños

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  3. "Déjame abrigarte el corazón con el nuestro, en un hilo,
    en la frontera de los sentimientos que desbordan ríos de cariño"
    Hermoso poema, muestra ese vínculo único y cariñoso de madre e hija.
    Abrazos!

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  4. Me has hecho llorar, que maravilloso poema a esa gran guerrera que es tu madre,siempre la he admirado

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  5. Muchas gracias, Patricia.
    Ciertamente, es un vínculo muy fuerte entre una madre y una hija. Y el COVID-19, en estos momentos, nos evita estar con nuestros mayores.

    Besitos

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  6. Muchas gracias, amiga Vicky! Es bueno llorar de emoción. Sé de tu admiración hacia mi madre, fue y es una guerrera.

    Besitos

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