Esta
escritura mía me salva,
de los desahucios de mi alma,
me salva de los naufragios de mi vida.
Esta escritura mía se vuelve azul
para
recoger mis escombros.
Pero esta
escritura mía,
cuando deja de serlo,
entonces multiplico por mil
las
palabras de otros labios,
y
ejerzo la juglaría de lo ajeno.
El
cielo ha devorado a las estrellas
en
un hondo oscuro,
y
con ellas, mis palabras.
Así
que apago la luna y me duermo.
Otra
aurora espera
en
el limbo del verbo
para
pescar aquellos
que
se escaparon de mi boca.
que bonito escribes recién te descubro un abrazo desde cerca del mar
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarTe mando otro fuerte abrazo también cerca del mar, al otro lado del charco. En este caso, desde el Mediterráneo.
Belíssimo poema!
ResponderEliminarQuando apagas a lua, entras em outro mundo, sem fronteiras, sem limites, onde o impossível não existe!
Um abraço.
A.S.
Muchas gracias!
EliminarEs lo que tiene el mundo onírico, que todo lo hace posible.
Beijos!
Escribir es una terapia excelente.
ResponderEliminarClaro que sí.
Y encima es gratis!
Eliminar;)
Muchos besitos