No tengo tiempo.
Se escapa,
como el agua entre los dedos.
Las flores nacen y se marchitan
como semifusas.
Las calles se llenan y se vacían
en frenético compás,
entre el ruido y el silencio
que provoca el movimiento
de los planetas,
del día y la noche.
Nacer o morir es un ciclo
que se repite hasta el infinito.
Luz, oscuridad.
Amaneceres acelerados.
No tengo tiempo para decirte tantas cosas.
Las palabras no corren.
No pueden competir con él.
Se amontonan en mis labios
y sólo puedo decirte hola y adiós,
también en un ciclo,
esta vez, teñido de impotencia,
porque no queda nada detrás de esas palabras,
que se vuelven extrañas cuando se pronuncian,
porque dejan de ser tuyas
para ser del viento.
25 de abril de 2025
Hace 7 horas
ResponderEliminarY el poco tiempo que tengamos debemos aprovecharlo, para llenarlo de contradicciones, de luz y de sombra, alegría y tristeza... de cualquier cosa que nos recuerde que todavía estamos vivos.
Un abrazo gigante Merche
Y besitos, claro
Aprovechemos el tiempo con sus contradicciones que pintan de color la vida y la no-vida.
ResponderEliminarEnorme abrazo para ti también, dulce Alís, y 'cienes' de besos!!