30 días y 30 noches echándote de
menos.
Esta banda sonora, que huele a tangos
y a boleros y a rancheras lloronas,
no cesa en las noches estrelladas,
repite una y otra vez un disco rayado
que taladra vibrante los sentidos,
y chirría en el corazón
con una aguja punzante
que araña el vinilo de mis días.
30 días y 30 noches esperando verte
aparecer
en un guiño por la mañana,
en una despedida por la noche,
escuchar tu voz, como por ensalmo,
acunar peces de colores, ahuyentar
fantasmas
y sonreír a la luna.
30 días y 30 noches respirando sin ti
un aire denso, sin tu pulso, sin tu
latido,
llenándome los pulmones cada vez más
de ausencias,
recordándome que ya nunca volverás
a compartir secretos y confidencias.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Merche
Espero que la poesía te esté ayudando
La poesía me ama. Muchos besos...
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