Gracias amiga por haberme dado tanto.
Tu lucha fue mi lucha
tu motivación, la mía.
Creímos cambiar el mundo y hacerlo
mejor,
quizás no lo conseguimos, pero lo
intentamos,
y en el intento te dejaste la piel.
Mujer luchadora,
distes pasos importantes para seguir
caminando
sobre tus huellas cansadas pero firmes.
Cabalgamos juntas como Quijote y
Sancho,
a veces invirtiendo los papeles,
y aunque los perros ladraran,
cabalgamos.
La justicia social fue tu bandera,
siempre tendiendo tu mano amiga a quien
la necesitaba.
La libertad, tu enseña, gaviota libre
que hoy surca el cielo.
La amistad, tu credo, leal como
ninguna, amiga de tus amigos, ¿quién podría superarte en eso?
No hay nadie que me haya llamado
“amiga”, más veces que tú. Pero lo importante es que esa
palabra rebosaba verdad, lealtad, era auténticamente bella, como
todo lo que tú tocabas. Qué suerte haberte cruzado en mi camino.
Junto a ti fui mejor persona.
Amiga, ahora que te has ido, te llevo y
te guardo dentro de mi corazón, para que no pases frío, para que no
pase frío yo.
Tu nombre, qué buen tino.
Hoy te vas y te lo llevas, mi alma
llora,
me quedo sin CONSUELO.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu mensaje, así sabré que has estado aquí. Gracias.