¿Cuál fue el pecado original
que debo penar
hasta el fin de los tiempos?
¿Qué manzana prohibida mordí
que su veneno me persigue
y me corre por las venas?
¿Qué mal hice
que merezca este abandono?
Me asomo al abismo
del desconcierto,
no sabiendo de dioses
ni de castigos,
penando el infierno
de los justos,
de los despojados,
de los que añoran la felicidad.
Amiga, dime
¿tú tienes las respuestas?
Quizás debiera desaparecer
para siempre,
sumirme en el anonimato
más brutal,
borrar toda huella,
todo rastro,
y perderme en la nada,
diluirme en un mar de espuma,
en un paraiso soñado,
sin adanes ni evas,
ni serpientes, ni manzanas,
ni nadie a quien herir,
ni por quien sufrir.
23 de noviembre de 2924
Hace 10 horas
Es posible sufrir mientras se vive
ResponderEliminarde heridas recibidas e infringidas
tan humanas contigo compartidas,
heridas que se absorben y en el tiempo
cicatrizan en poros en la piel.
Y un beso en las heridas ya cerradas
hemos mordido la manzana del pensamiento...ese es el mayor pecado...
ResponderEliminarpero sigamos, vamos, sigamos!
mil besos*
Veo en ti unos pensamientos muy tristes...
ResponderEliminarDesechalos, no valen nada, hay que aprovechar el tiempo y ser FELICES.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi librillo.
Muy bonitas tus palabras,
ResponderEliminarvamos a abrir las cadenas,
vamos a abrir las ventanas
que entre la risa más clara.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi librillo.
No hay pecado, ni castigo ni nada parecido... sólo la voluntad de ver el sol durante el día, y su reflejo en la luna por las noches.
ResponderEliminarbesos
No, amiga "no hay pecado ni castigo", coincido con ese comentario que ya te hacen.
ResponderEliminarNo tengo las respuestas que anhelas,pero si tengo mucho cariño que te lo mando bien apretadito en un abrazo
Desapareceremos en su momento.
ResponderEliminarNo tengas prisa alguna.
Besos.
Quizás debiera desparacer para siempre...
ResponderEliminarCómo estamos amiga, a ver si escampa y se van los tonos grises..
Y llegan las músicas alegres y menos dolorosas...
Estamos muy calladitas las dos últimamente...
Un besico de madrugada.
De madrugada, os mando un fuerte abrazo cargado de palabras de gratitud.
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