Parece que fue ayer
que me cogías la mano
para compartir tus miedos;
y yo te vestía de nardo
y perfumaba tu pelo.
Tú jugabas con estrellas,
yo soñaba con los vientos,
tú me pedías la luna,
yo te contaba mil cuentos.
¡Qué saben los niños chicos
de desvelar los misterios!
que te curan con sonrisas
y enseñan el universo.
Miles de noches en vela
velaron todos tus sueños
de príncipes, de caballeros
que habitaban los desiertos.
Tú me llenaste mis días
y hoy me llené de recuerdos.
HA VUELTO EL TERROR
Hace 9 horas
Mercedes, cuánto nos hacen salir de nuestro ombligo los hijos, verdad?
ResponderEliminarCuánto tiempo les regalamos y cuánto amor incondicional nos regalan ellos.
Es un privilegio y un lujo poder acompañar a un niño en su crecimiento sintiéndonos su madre. También es agotador.
Me encanta irme descubriendo en cada una de sus etapas.
Qué bonitas son tus palabras.
Un beso.
Los hijos crecen muy deprisa y siempre tenemos la sensación de que vivimos el tiempo de diferente manera, a ellos les sobra el tiempo que a nosotros nos falta.
ResponderEliminarEs una experiencia enriquecedora la de ser madre e irnos descubriendo en ellos, como tú dices acertadamente.
Besos
(Me alegra tu visita)
Qué bellísimo poema, Merche
ResponderEliminarPonle música. Es una bella nana.
Y qué inspiradores son nuestros hijos.
Besos
Hola, me ha encantado tu blog, asi que me suscribo
ResponderEliminarinmediatamente, espero puedas pasar por el mio
Besitos Fay.
Gracias, amiga. Desde antes de nacer ya nos inspiran. Creo que el sentimiento maternal, que no el instinto, es el más fuerte que hay, y nuestro deseo de preservarlos de todo mal.
ResponderEliminarBesitos maternos
Hola Fay, bienvenida a este espacio que deseo sea también el tuyo. Muchas gracias por la visita, enseguida marcho a ver tu blog. Espero verte de nuevo.
ResponderEliminarBesitos