Preso mi corazón en tu alambrada
como pájaro en una jaula
sin oxígeno que acaricie mi pecho
desde dentro.
Si me dejases en libertad
quizás abandonase tu nido,
o quizás adorase tu encuentro
sin ataduras, sin condiciones
sin alambrada que limitase mis besos.
Presos mis recuerdos en tu alambrada
como una caja de música
que repite la única melodía posible
grabada en la memoria.
Si me dejases en libertad
quizás te amase de nuevo
vestida de presente.
NUESTRO CIELO
Hace 9 minutos
Me temo que el corazón es un preso voluntario.
ResponderEliminarAunque lo liberen el no quiere irse.
Besos.
En este caso prefiere estar preso!
ResponderEliminarEn otros hay que encarcelarlos para que no corran detras del amor y nos dejen sin latidos!
Belleza de poema corazón!
Te abrazo fuerte!
- Toro Salvaje: No quiere irse, no quiere. Pero preso no tiene posibilidad de elección. Besitos
ResponderEliminar- Carla P.: Qué alegría saber de ti!! Voy enseguida a entrar en tu blog. Hermosa imagen. El corazón se siente prisionero del amor. Besitos
Qué terrible es sentir el corazón preso. El corazón debe amar libremente o dejará de sentir. Encarcelado no puede alimentarse, ni renovar votos, ni ilusionarse... sólo secarse poco a poco.
ResponderEliminarEspero que no sientas así.
Besos
El amor nos ata y forma un entramado de condiciones, pactos, contratos... en el que solemos caer voluntariamente, pero cuanto más fuertes los lazos, más asfixia y, supuestamente, más amamos. En este caso, lo ideal sería poder elegir.
ResponderEliminarMejor dejar el enigma: ¿ficción o realidad?
Besitos libres y libertarios