Nadie supo su nombre, un buen día
apareció de repente para llenar de vida aquel pueblo. A su paso,
florecían los jardines y cantaban las fuentes, los niños sonreían
y regalaban besos. Ella, danzarina, alborotaba a los amantes,
susurrando palabras de amor.
Cuando llegó el verano, desapareció
llevándose la vida.
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