La música viaja en tren
hasta final de trayecto
en que será recibida
con fanfarria
de bombos y platillos
en su entrada triunfal.
El recorrido es largo
y, mientras tanto,
hay tiempo para compartirla,
estudiarla, diseccionarla,
componerla, recomponerla,
soñarla, tararearla...
como regalo divino
de un microcosmos complejo
que el tren transporta
nota a nota
en partituras de cariño,
esperando la llegada
en que se hará presente
y manifiesta
en una estación ávida de música,
enmudecerán los andenes,
y los músicos callejeros
se unirán a la fiesta
y aunque no habrán voces
ni instrumentos
que detengan el ir y venir de trenes,
acompasarán su marcha
y darán sentido
al devenir de las estaciones,
donde Vilvadi aguarda.
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DIOS LO SABE TODO
Hace 9 horas
¡La música que suene a todo tren!
ResponderEliminarY besos musicales de armonía
Nunca te he dicho, mis dos pasiones son el mar y los trenes...
ResponderEliminarCuando era pequeña inventaba músicas y letras al compás de la marcha...
ES un poema el de hoy que suena muy bien, cuando se lee parece que se escucharan sones, hoy, de alegría...
Besicos.
Oigo esa música, engarzada en las notas sublimes del genial Vivaldi, me siento sobre un banco de madera y hierro mientras bajo mis pies crujen las hojas del otoño.
ResponderEliminarCuando vengo a darme cuenta, ya ha surgido las estrellas en el cielo y me recuerdan lo cíclico de la vida.
Un beso lleno de vida, Mercedes, que hoy sí que he dado un hermoso paseo en el bonito tren de tu blog.
la música del tren!
ResponderEliminartu poema me recordó una película china:El tren de la poesía...
el tuyo es de música...
somos música,Merche!
mil besos*
- Enric:
ResponderEliminar...A todo tren
que ensordezcan
las conciencias malsanas
y las balas que estremecen,
sin silenciador, las almas.
Besitos en do mayor
- Cabopá:
Se escuchen los sones
en los trenes de Cabopá,
metrónomo en vaivén férreo
que ablanden las almas.
Besicos chucuchú-chucuchú...!!
- Isabel:
ResponderEliminarMañana-tarde-noche-madrugada,
primavera-verano-otoño-invierno,
la vida-la muerte-la vida.
Besitos cíclicos en compás de cuatro por cuatro
- Rayuela:
En este tren también tiene cabida el amor. El amor por la música, por los que la componen, por los melómanos y simples aficionados... por los que son y somos música.
Miles y miles de besos*