En una glorieta me encuentro contigo
y veo la fiesta
en pleno movimiento en que alzas tu pandero
y tintinean los platillos al compás del violín,
mientras tú cantas con la voz rota,
canción de verdial
que celebra el solsticio de invierno.
Y veo el sentimiento,
y lo palpo,
y se me eriza el vello
en el sentir atávico
de la música ancestral.
¿Quién me enseñó a amarte?
No lo recuerdo,
quizás mi madre desde la cuna.
La ciudad te agasaja
y yo te veo
cuando paseo por tu glorieta.
Hoy he vuelto a ti buscando alegría
esa de otro tiempo
derrochada a raudales.
DÍA SEPULCRO
Hace 14 horas
Me gustaría saber de dónde es esta fotografía. Tampoco sé de dónde eres tú, que miras con cariño esa expresión de alegría hecha estatua.
ResponderEliminarLa fotografía está tomada en el Parque de Málaga, mi tierra.
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