Hablamos de besos
y de mil diabluras
que nos prometimos,
y el tiempo voló
entre nosotros
como un colibrí encendido,
rápido y dejando atrás
una estela de colores.
Hablamos de caricias
y el tiempo posó sus alas
en nuestros ojos,
pero nuestras miradas
no se alcanzaron.
Desde lejos se buscaron,
pero nuestras palabras
siguieron inventando
juegos traviesos
y el tiempo
no quiso despertarnos.
EL NIÑO MUERTO
Hace 20 horas
Las promesas ya están hechas. Llegará el tiempo de cumplirlas...
ResponderEliminarBeso
A veces la promesas nos reconfortan en sí mismas y no ansiamos más.
ResponderEliminarBesos
Entonces solo queda esperar a que llegue el momento o mejor, no despertar!
ResponderEliminarBesos corazón!
En algunas ocasiones sólo basta la intención... "o mejor, no despertar".
ResponderEliminarBesos
Las palabras, las miradas... se persiguen hasta llegar a los labios... y cuando no, culminan en sí mismas.
ResponderEliminarbesos
Cierto...
ResponderEliminarBesitos