Se sentó en el primer banco del paseo,
no eligió otro, sino ese. Ese había sido su banco de juventud donde
recibió el amor a través de aquella carta cargada de promesas. Hoy
daba de comer a los pájaros, rememorando cada palabra que el tiempo
no borró de su mente. El viento arremolinó las hojas y sus cabellos
canos danzaron llenos de vida.
MANICOMIO 238
Hace 23 horas
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