Una ráfaga espontánea, un soplo de aire fresco que sale del alma.
Las palabras pierden el sentido cuando se guardan, cuando se callan, dejan de ser. Pensarlas y expresarlas, sin necesidad de pronunciarlas. Sólo decirlas en el mudo silencio, sólo escribirlas. Y después... quién sabe, leerlas y recuperarlas en una inspiración profunda hasta perder el aliento.
LAS CALLES
Hace 23 horas
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